Harina de mandioca / casava / yuca

English below!

¡Hola amigo! Disculpame por no haber escrito nada durante unas semanas. Perdí un poco de ímpetu con este proyecto. Al empezar, tenía ideas de cocinar con amigos y hacer una clase de paella aquí en Valencia, para compartir contigo, pero debido a “la situación”, todo esto sigue prohibido. También hemos tenido unas semanas de clima gris, así que me faltó algo de entusiasmo.

¡Pero he vuelto! Y hoy quiero hablar de un ingrediente en vez de una receta. Aunque voy a incluir unas recetas cortas más tarde. 


El ingrediente del que quiero hablar es algo que encontré cuando vivía en Brasil. Y claro que sé que Brasil no es un país hispanohablante, pero es el país más grande de América Latina (por tamaño y población), y de todas formas, este es un ingrediente prevalente en todo el “continente”. 


Entonces, ¿cuál es el ingrediente? Pues, es la harina de mandioca (o casava o yuca...tiene un montón de nombres).


¿Qué es mandioca / casava / yuca?

Esta planta es originaria del centro de América del Sur y hoy en día está cultivada en América, África y Oceanía. Las raíces almidonadas se consumen en muchos países, de muchas formas. En su forma básica, es similar a la patata - puedes hervirlo, machacarlo, y se puede freír. Comer mandioca frita en la playa era una de nuestras actividades favoritas en Río.


Es interesante notar que la mandioca no se puede comer cruda, porque contiene toxinas incluyendo cianuro de hidrógeno.


No voy a explicar cómo se hace la harina de mandioca porque, de verdad, ¡no lo sé! Y si te interesa mucho puedes investigarlo por ti mismo. Pero lo que sé es que es una harina sin gluten, así que es una buena opción para celíacos y se puede usar en vez de harina de trigo en varias recetas.


En Brasil frecuentemente comía tres alimentos hechos con esta harina: farofa, tapiocas y pão de queijo. Puede que ya hayas oído hablar de pão de queijo, porque es una de las comidas brasileñas más famosas. Me gustaría hacer estos gomosos bollitos pero no tengo horno.


Pero la farofa y las tapiocas se hacen en un sartén, y recientemente hice ambos...


Feijoada con arroz, acelga y farofa

¿Qué es farofa?

Farofa es un acompañamiento muy común en la cocina brasileña con variaciones en cada región. En esencia consiste en harina de mandioca tostada y sazonada simplemente con sal. Esta es la forma más básica de farofa, pero usualmente lleva otros ingredientes como beicon, huevos revueltos, cebolla, ajo e incluso ¡banana!


Me topaba con la farofa más frecuentemente como acompañamiento para la carne asada (¡que es otra cosa en Brasil!) y para el plato nacional, feijoada. La primera vez que probé farofa, no supe qué pensar… la textura es como arena mojada y el sabor lo confirma porque sobre todo es salada y tiene un poquito de sabor a nuez, ¡como si fuera tostada bajo el sol!


Pero después de un tiempo empezaba a entender el encanto. Cuando se combina con un bistec jugoso y el molho a campanha (una salsa que contiene tomate, pimiento verde y cebolla picados con un aderezo de vinagre blanco y aceite de oliva), la farofa añade una textura crujiente y aporta un sabor rico y tostado. No hace falta decir que ¡ya soy una fan!


Preparar la farofa

De verdad, no sé las cantidades y en mi experiencia la proporción de harina a los otros ingredientes puede variar mucho. Dicho esto, es muy sencillo de hacer y creo que el único problema será encontrar la harina… Pero si la encuentras, básicamente se hace así:

  1. Preparar los ingredientes que quieres añadir a la farofa: cebolla, ajo, beicon (todo picado) y hacer los huevos revueltos si quieres usarlos. Después de cocinar tus adiciones, ponlas a un lado.
  2. En un sartén, tostar la harina de mandioca al fuego medio (a mi me gusta usar un poquito de mantequilla pero no es necesario). Añadir sal hasta que sepa como arena (!) y cuando empiece a oler tostada, incorporar los ingredientes que cocinaste antes.
  3. Mezclar hasta que todos los trozos de cebolla, huevo etc. queden cubiertos con harina y ya esté lista. Servir con tu carne preferida o vegetales asados y soñar con las playas doradas y el ritmo de la samba…

Pues, este paseo por el ayer duró más de lo que esperé, así que voy a dejar las tapiocas para otro día.


Recuerda que puedes seguir @en.mi.boca en Instagram para más fotos, novedades y para sugerir recetas y platos. También puedes comentar al final de este artículo.


¡Y finalmente ha vuelto el sol! Si me necesitas, estaré en la terraza tostándome como la farofa y escuchando esta canción… ¿bailamos?



(9 correcciones de mi profesora)


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Cassava / manioc / yuca flour


Hello friend! Apologies for not having written anything for a few weeks. I lost a bit of momentum with this project. At the start, I had ideas of cooking with friends and doing a paella class here in Valencia, to share with you, but because of “the situation” all of this is still prohibited. We have also had a few weeks of grey weather, so my enthusiasm was lacking.


But I have returned! And today I want to talk about an ingredient, rather than a recipe. Although I am going to include some short recipes later.


The ingredient that I want to talk about is something that I encountered when I lived in Brazil. And of course I know that Brazil isn’t a Spanish-speaking country, but it is the biggest country in Latin America (by size and population), and anyway, this ingredient is prevalent across the whole “continent”.


So, what is the ingredient? Well, it’s cassava flour (or manioc, or yuca...it has loads of names).


What is cassava / manioc / yuca?

This plan originates from central South America and today it is cultivated in America, Africa and Oceania. The starchy roots are eaten in many countries, in many forms. In its basic form it is similar to potato - you can boil it, mash it, and it can be fried. Eating fried cassava on the beach was one of our favourite activities in Rio.


It’s interesting to note that cassava can’t be eaten raw because it contains toxins, including hydrogen cyanide.


I’m not going to explain how cassava flour is made because, to be honest, I don’t know! And if you’re really interested you can look into it yourself. But what I do know is that it is a gluten free flour, so it’s a good option for celiacs and can be used in place of wheat flour in various recipes.


In Brazil I frequently ate three foods made from this flour: farofa, tapiocas and pão de queijo. You might have already heard of pão de queijo, because it’s one of the most famous Brazilian foods. I’d like to make these chewy buns but I don’t have an oven.


But farofa and tapiocas are made in a pan, and I recently made both…


What is farofa?

Farofa is a very common side dish in Brazilian cuisine, with variations in every region. In essence it consists of cassava flour that is toasted and seasoned simply with salt. This is the most basic form of farofa but it usually has other ingredients like bacon, scrambled eggs, onion, garlic and even banana!


I came across farofa most frequently as a side dish for grilled meat (which is a whole other thing in Brazil!) and for the national dish, feijoada. The first time I tried farofa, I didn’t know what to think… The texture is like damp sand and the flavour confirms this because above all, it is salty and a bit nutty, as if it were toasted under the sun!


But after some time I began to understand the appeal. When combined with a juicy steak and the molho a campanha (a salsa containing finely chopped tomato, green pepper and onion with a white vinegar and olive oil dressing), the farofa adds a crunchy texture and brings a rich and toasty flavour. Needless to say, I’m now a fan!


Preparing the farofa

To be honest, I don’t know the quantities and in my experience the ratio of flour to other ingredients can vary a lot. That said, it’s really simple to make and I think the only problem will be finding the flour… But if you find it, you basically make it like this:

  1. Prepare the ingredients you want to add to the farofa: onion, garlic, bacon (chopped) and make the scrambled eggs if you want to use them. After cooking your additions, put them to one side.
  2. In a frying pan, toast the cassava flour on a medium heat (I like to use a bit of butter but it’s not necessary). Add salt until it tastes like sand (!) and when it starts to smell toasty, mix in the ingredients you cooked earlier.
  3. Mix everything until all of the pieces of onion, egg etc are covered in the flour and it’s ready. Serve with your favourite meat or roasted vegetables and dream about golden beaches and the rhythm of samba…

Well, that trip down memory lane lasted longer than expected, so I’m going to leave the tapiocas for another day.


Remember that you can follow @en.mi.boca on Instagram for more photos, updates and to suggest recipes and dishes. You can also comment at the end of this article.


And the sun has finally returned! If you need me, I’ll be on the terrace, toasting myself like the farofa and listening to this song… fancy a dance?


Gazpacho Manchego

English below!

¡Bienvenido de nuevo! ¿Estás preparado para algo diferente? Después de dos recetas inspiradas en América Latina, hoy tenemos una receta europea. Y además, una receta muy tradicional de la parte de España en la que vivo.

Es posible que ya conozcas un plato que se llama “gazpacho” que es una sopa fría de Andalucía, hecha principalmente de tomate, pan, ajo y aceite de oliva. Me gusta mucho esta sopa, pero no es de lo que estoy hablando hoy.

El gazpacho manchego es un tipo de guiso y que yo sepa, no tiene nada que ver con la sopa andaluza. De verdad, no entiendo el significado de “gazpacho” en este nombre. Pero bueno, es el nombre, así que dejaré de hacer preguntas y seguiré adelante.

¿Qué es el gazpacho manchego?

Este guiso proviene principalmente del interior de España, en concreto de La Mancha y parte de Valencia (puedes verlo más específicamente en la imágen). Es un guiso bastante básico hecho de carne, pimiento rojo, tomate, cebolla, ajo, especias, caldo y un tipo de pan. Pero si miramos con lupa, veremos que entre estos hay algunos ingredientes interesantes...

La pebrella

Esta planta es originaria de la provincia de Valencia, y es de la misma familia del tomillo. No creo que esté disponible en los supermercados fuera de esta zona, pero para mi el sabor es tan parecido al tomillo que podrías sustituirlo sin problemas. Si no te gusta el tomillo tal vez este plato no sea para ti porque tiene un sabor muy fuerte. Pero, aunque estoy segura que no sería considerado como un auténtico gazpacho manchego sin esta hierba, si quieres cambiarla por orégano o un poquito de romero, creo que estaría bien.

La carne

Este es un plato típico campestre, así que tradicionalmente se hace con “carne de caza” como conejo, pollo, liebre o perdiz. En Valencia es muy fácil encontrar conejo en el supermercado porque es uno de los ingredientes principales de una paella auténtica, y la paella tiene su origen en Valencia. Por esta razón, usé una mezcla de pollo y conejo para este plato.

Nunca había cocinado conejo antes, y no creo que lo vuelva a usar. Un conejo no lleva mucha carne y en mi opinión tampoco tiene mucho sabor. Después de hacer este plato con ambas carnes puedo decir con confianza que con solo el pollo, el resultado sería bastante similar.

El pan ácimo

Como verás, el guiso incluye trozos de un pan especial llamado tortas cenceñas. Este pan es muy fino y crujiente, contiene solamente harina, sal y agua y está horneado sobre brasas y ceniza. Se come desde la época romana, tradicionalmente por los pastores, quienes lo llevaban durante muchas horas mientras trabajaban y lo comían en el campo con un guiso como este.

Aquí puedes encontrar tortas cenceñas en cada supermercado, pero fuera de España podría ser más difícil. Sugeriría usar otro pan ácimo en su lugar, preferiblemente “matzoh” o alguna galleta salada similar. Algo básico, fino y crujiente. Lo único es que necesitas tener cuidado de la sal y si el pan que usas tiene un sabor salado, no pongas nada de sal en el guiso hasta el último momento, para que puedas usar solo lo necesario.

Preparar el gazpacho manchego (para 4 o 5 personas)

Aceite de oliva virgen extra
1kg tu “carne de caza” preferida (troceada, con huesos)
1 hoja de laurel
1 cebolla
4 dientes de ajo
1 pimiento rojo
2 tomates
Especias: pebrella / tomillo, pimienta negra, clavo molido, nuez moscada molida
150 g o un paquete de tortas cenceñas / pan ácimo
Sal

Antes de hacer este plato ví este vídeo de la receta de un monje que vive en las montañas de Valencia. Es un buen vídeo para entender los pasos, y para ser honesta, después de verlo no seguí una receta verdadera, más lo hice de memoria. Te diré los pasos pero sugeriría que veas el vídeo para entender mejor la textura del pan y cómo luce el plato terminado.

Primero cogí una olla lo bastante grande para toda la carne y la llené con suficiente agua para cubrir la carne cuando la añada. Pero no añadí la carne aún. Solo puse la hoja de laurel en el agua con una gran pizca de sal y lo puse a hervir.

Mientras el agua se calentaba, freí la carne en un sartén con aceite caliente hasta que estuviera dorada por todas partes, pero no completamente cocinada. Hice esto en dos tandas por el tamaño del sartén.

Una vez que la carne estuvo dorada y el agua estaba hirviendo, puse la carne en la olla, bajé el fuego y dejé a hervir a fuego lento durante unos 20 minutos. Este tiempo depende del tamaño de los trozos de carne que tengas, pero lo importante es que la carne esté completamente cocida.

Cuando la carne estuvo cocida, la quité de la olla y dejé enfriar un poco en un plato. Y muy importante - conservé el agua de cocción porque se había convertido en un buen caldo y la necesitaría para el guiso.

Bueno. Mientras la carne se cocinaba y enfriaba un poquito, hice el sofrito. Piqué finamente la cebolla, el ajo y el pimiento rojo y los freí en una olla grande hasta que todo estuviera blando.

Corté los tomates bien finos y los añadí al sofrito. Mezclé todo y dejé cocinar a fuego bajo durante unos 30 minutos, agregando las especias después de 15 minutos.

Una nota sobre las especias: No sé las cantidades de las especias porque usé una mezcla ya hecha. Y de verdad, al fin ¡solo podría notar la pebrella! Así que solo puedo dar unos consejos generales: ve con cuidado con el clavo y nuez moscada, pero lo más importante es que tengas un equilibrio de sabores, y para lograr esto, necesitas probar. Probar, probar, probar. No puedes quitar una especia, pero es fácil añadir más.

Volvamos a la cocina. Mientras el sofrito se cocinaba, quité toda la carne de los huesos. Es mucho más cómodo comer este plato con carne en tiras, sin huesos. Fue en ese momento que noté la poca carne que tiene un conejo. Además, y sé que es un cliché, la carne se parece tanto al pollo que, después de mechar, no podría diferenciar entre los dos ni por vista ni por gusto.

El último paso de esta receta es combinar todos los componentes. Al sofrito le puse la carne mechada y unas cucharadas del agua de cocción y lo mezclé bien.

Entonces vino la parte extraña...vacié el paquete de tortas cenceñas encima de la mezcla, añadí más caldo para cubrir todo, mezclé de nuevo y lo dejé cocinar a fuego bajo durante unos 30 minutos.

A veces los revolvía y añadía más caldo porque el pan había absorbido mucho líquido. Añadí sal poco a poco y si no había usado la mezcla de especias ya hecha, habría ajustado las especias también.

Cociné hasta que el pan tuviera la textura de hojas de lasaña bien cocido y hubiera bastante caldo para que se pareciera un guiso. ¡Hecho!

Mis reflexiones

Ya he compartido mis opiniones sobre los ingredientes, y lo que haría diferente la próxima vez, pero siendo sincera, no haré este plato de nuevo. Finalmente estuvo “bien” pero nada más.

El sabor de la pebrella / tomillo era muy fuerte, y aunque usé cuatro veces la cantidad de ajo que el monje, esta hierba dominó todo lo demás. El pan fue la cosa más interesante de este plato y fue muy curioso comer galletas empapadas, pero parecían trozos de pasta gruesa sin sabor así que no aportó nada nuevo, nada diferente. El único momento de “¡guau!” que tuve fue cuando puse el pan en el guiso, porque fue algo muy inusual.

Pero bueno, estoy muy contenta de haber hecho un plato tan auténtico, campestre, antiguo de la región en que vivo, con ingredientes nuevos para mi, y me dió otra excusa para escribir un artículo.

Espero que hayas disfrutado leyendo esta receta. Recuerda que puedes seguir @en.mi.boca en Instagram para más fotos, novedades y para sugerir recetas y platos. También puedes comentar al final de este artículo.

Escribir sobre el pan empapado me ha dado ganas de mojar una galleta en una taza de té. ¿Cómo se dice “put the kettle on!” en español?

(16 correcciones de mi profesora)

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Gazpacho Manchego

Welcome back! Are you ready for something different? After two recipes inspired by Latin America, today we have a European recipe. And what’s more, a very traditional recipe from the part of Spain that I live in.

It’s possible you already know of a dish called “gazpacho”, which is a cold soup from Andalusia, made mainly of tomato, bread, garlic and olive oil. I really like this soup, but it’s not what I’m talking about today.

Gazpacho manchego is a type of stew and as far as I know, it has nothing to do with the Andalusian soup. In truth, I don’t understand the meaning of “gazpacho” in this name. But you know, it’s the name, so I’ll stop asking questions and get on with it.

What is gazpacho manchego?

This stew mainly comes from inland Spain, specifically from La Mancha and part of Valencia (you can see more precisely in the image). It’s a pretty basic stew made from meat, red pepper, tomato, onion, garlic, spices, stock and a kind of bread. But if we take a closer look, we will see that among them are some interesting ingredients…

Pebrella

This plant comes from the province of Valencia and is from the same family as thyme. I don’t think it’s available in supermarkets outside of this area, but to me the flavour is so similar to thyme that you could substitute it without problem. If you don’t like thyme, this dish may not be for you because it’s a strong flavour. But, although I’m sure it wouldn’t be considered an authentic gazpacho manchego without this herb, if you want to swap it for oregano or a bit of rosemary, I think it would be fine.

The meat

This is a typical countryside dish, and so traditionally it’s made with “hunted meat” (or game), like rabbit, chicken, hare or partridge. In Valencia it’s really easy to find rabbit in the supermarket because it’s one of the main ingredients of an authentic paella, and paella has its origins in Valencia. For this reason, I used a mixture of chicken and rabbit for this dish.

I had never cooked rabbit before, and I don’t think I’ll use it again. A rabbit doesn’t have much meat and in my opinion it doesn’t have much flavour either. After making this dish with both meats I can say with confidence that the result would be pretty much the same with just chicken.

Unleavened bread

As you will see, the stew includes pieces of a special bread called “tortas cenceñas”. This bread is very thin and crunchy, contains only flour, salt and water, and is baked over coals and ash. It has been eaten since Roman times, traditionally by shepherds, who carried it for many hours while they worked, and they ate it in the fields with a stew like this one.

Here you can find tortas cenceñas in every supermarket, but outside of Spain it would be more difficult. I would suggest using a different unleavened bread in its place, preferably matzoh or a similar savoury cracker. Something basic, thin and crunchy. The only thing is you need to be careful about is the salt, and if the cracker that you use has a salty flavour, don’t put any salt in the stew until the last minute, so you can just use what you need.

Preparing the gazpacho manchego (for 4 or 5 people)

Extra virgin olive oil
1kg of your chosen meat (in pieces, on the bone)
1 bay leaf
1 onion
4 cloves of garlic
1 red pepper
2 tomatoes
Spices: paprika, pebrella / thyme, black pepper, ground cloves, ground nutmeg
150g or one packet of tortas cenceñas / unleavened bread
Salt

Before making this dish I watched this video of the recipe by a monk that lives in the Valencian mountains. It’s a good video for understanding the steps and to be honest, after watching it I didn’t follow a real recipe, but made it from memory. I will tell you the steps but I suggest you watch the video to better understand the texture of the bread and how the finished dish looks.

First I got a saucepan big enough for all of the meat and I filled it with enough water to cover the meat. But I didn’t add the meat yet. I just put the bay leaf in the water with a big pinch of salt and set it to boil.

While the water was heating, I fried the meat in a frying pan with hot oil until it was browned all over, but not completely cooked. I did this in two batches because of the size of the frying pan.

Once the meat was browned and the water was boiling, I put the meat in the saucepan, turned the heat down and left it to simmer for about 20 minutes. This time depends on the size of the pieces of meat that you have, but the important thing is that the meat is completely cooked.

When the meat was cooked I removed it from the water and left it to cool a little on a plate. And very importantly - I kept the cooking water because it had turned into a nice stock and I would be needing it for the stew.

Right. While the meat was cooking and cooling a bit, I made the “sofrito” (sautéd vegetable mix). I finely chopped the onion, garlic and red pepper and fried them in a big pan until they were soft.

I cut the tomatoes quite small and added them to the sofrito. I mixed everything and left it to cook on a low heat for about 30 minutes, adding the spices after 15 minutes.

A note about the spices: I don’t know the quantities of the spices because I used a premade mix. And to be honest, in the end I could only taste the pebrella! So I can only give some general advice: be careful with the cloves and nutmeg, but the most important thing is to have a balance of flavours, and to achieve this you need to taste. Taste, taste, taste. You can’t remove a spice, but it’s easy to add more.

Let’s get back to the kitchen. While the sofrito was cooking, I removed the meat from the bones. It’s much nicer to eat this dish with shredded meat, off the bone. It was at this moment that I realised how little meat a rabbit has. And what’s more, and I know it’s a cliché, the meat is so similar to chicken that, after shredding it, I couldn’t tell the difference between the two by the look or the taste.

The final step of this recipe is to combine all of the components. Into the sofrito I put the shredded meat and a few spoonfuls of the cooking water, and mixed it well.

Then came the strange part...I emptied the packet of crackers on top of the mixture, added more stock to cover everything, mixed it again and left it to cook on a low heat for about 30 minutes.

From time to time I stirred it and added more stock because the crackers had absorbed a lot of liquid. I added salt bit by bit and if I hadn’t used the premixed spices, I would have adjusted the spices too.

It cooked until the crackers had the texture of well-cooked lasagne sheets and there was enough stock that it looked like a stew. Done!

My reflections

I have already shared my opinions about the ingredients and what I would do differently next time, but honestly, I won’t be making this dish again. In the end it was fine but nothing more.

The flavour of the pebrella was very strong, and although I used four times the amount of garlic than the monk did, this herb overpowered everything else. The bread was the most interesting thing about this dish and it was very curious eating soggy crackers, but they were like pieces of thick pasta without a flavour so they didn’t bring anything new, nothing different. The only “wow!” moment that I had was when I put the crackers into the stew, because this was very unusual.

But hey, I’m very happy to have made such an authentic, rural, old dish from the region I live in, with ingredients that are new to me, and it gave me another excuse to write a blog post.

I hope you have enjoyed reading this recipe. Remember that you can follow @en.mi.boca on Instagram for more photos, updates and to suggest recipes and dishes. You can also comment at the bottom of this article.

Writing about soggy crackers has made me want to dunk a biscuit in a cup of tea. How do you say “put the kettle on!” in Spanish?



Patacones con Pollo y Guasacaca

English below!

¡Buenos días! Si aún no has leído mi artículo sobre este proyecto, te sugiero que lo leas aquí, para entender lo que estoy haciendo.


Hoy empezaremos este blog en serio. Voy a contarte sobre un plato que he elegido específicamente por su ingrediente principal: el plátano. 


El plátano humilde


Quiero ser clara. No estoy hablando del plátano dulce que también se llama banana. No aguanto las bananas. Estoy hablando de los plátanos para cocinar. De verdad, hablar de plátanos es mucho más fácil en mi país de lo que pensaba, porque en la mayoría de los supermercados británicos sólo hay dos opciones - banana y plantain


Recuerdo una conversación que tuve en Brasil con un taxista, en que discutimos todos los tipos de plátanos disponibles en el supermercado allá...¡había un montón! Y aquí en España he visto al menos tres tipos: el plátano canario, que es muy dulce; la banana, que es menos dulce, menos caro y que David me dice es más como las que compramos en Inglaterra; y el plátano “macho” o “de freír”, que es más como un carbohidrato que una fruta.


Bueno, el tema de hoy es sobre el último tipo, que nunca había ni comprado ni cocinado y raramente comido. Pero es un alimento básico en muchos de los países donde se habla español, así que quería aprender a cocinar un plato que lo utilizara. 


Para llegar al punto, hice patacones, también llamados tacones o tachinos. He hecho patacones dos veces, una vez con mi amiga venezolana, y otra vez sola, y las dos veces los encontré muy fáciles y sabrosos. 


¿Qué son los patacones?


Antes de que lleguemos a la receta, quiero contarte un poquito sobre el patacón. Un patacón está hecho de un trozo de plátano macho verde aplastado y frito. Se comen en varios países de América y el Caribe como Colombia, Cuba, Ecuador, Haití, Honduras, Nicaragua, Venezuela, Panamá, Puerto Rico, República Dominicana y Costa Rica, y también se puede encontrar en África occidental.


El plátano macho verde no tiene tanto sabor y lleva mucho almidón, así que es parecido a la patata o la mandioca cuando se fríe. 


Hay varias maneras de comer patacones. Se pueden comer: 

  • solos con sal como patatas fritas

  • para “dipear” en algo como guacamole, una salsa picante o la ensalada de mango que hice la semana pasada

  • como acompañamiento a un plato con arroz, frijoles, carne, pescado etc

  • con ceviche (una combinación que he probado y me parece riquísima)

  • con queso

  • o con cualquier cobertura que desees, para comer como una tostada


Preparar los patacones (para hacer 6)


Un plátano macho verde

Aceite neutral

Sal

Algo para aplastarlos (ver más abajo para sugerencias)


Hay pocos pasos e ingredientes para hacer patacones, así que son muy fáciles pero muy satisfactorios de hacer, ¡especialmente en el momento de golpear!


Primero puse un sartén que estaba cubierto con aproximadamente 1 cm de aceite a fuego medio-alto para calentar. Era importante que lo hiciera antes que nada porque después de cortarlo, el plátano se habría vuelto marrón si no lo hubiera cocinado inmediatamente


Mientras que el aceite calentara, corté el plátano en trozos de más o menos 4 cm de largo. Pelé los trozos con la ayuda de un cuchillo. Usé un pedazo de la cáscara para probar la temperatura del aceite - si hubiera burbujas cuando la cáscara tocara el aceite, sabría que estaba lista.


Puse, con cuidado, los trozos del plátano en el aceite y los freí durante cuatro o cinco minutos hasta que estuvieran dorados por cada lado. Los puse en papel de cocina y esperé unos minutos hasta que se enfriaran. 


Entonces vino la mejor parte...el ¡aplastamiento! He probado dos métodos y ambos funcionaron:

  1. Mi amiga tiene una “prensa de tortillas” y con esto hicimos patacones muy finos y mucho más grandes que la otra manera. Si tienes una prensa es una buena opción porque tener patacones más grandes es mejor si quieres comerlos como tostadas.

  2. A falta de una prensa, ¡yo usé una olla! Para hacerlos de esta manera necesitas una olla con dos mangos, una hoja de papel o plástico, y confianza. No puedes ser tímido con este método.


Puse el trozo de plátano vertical en una tabla lisa, con una hoja de plástico encima del plátano. Cogí la olla por los mangos y hasta una altura considerable, golpeé la olla con fuerza hacia abajo, para aplastar el plátano. En ese momento tuve patacones.


La próxima vez que tenga un mal día, ¡ya sé que haré para la cena! 


Después de aplastar todos los trozos, los freí de nuevo. Dejé el sartén con aceite al fuego durante el paso anterior para que todavía estuviera caliente. Es importante no llenar tanto el sartén, así que freí los patacones dos a la vez durante un minuto en cada lado hasta que estuvieran dorados.


Cuando quité cada patacón del sartén, quité el aceite con papel de cocina y eché una pizca de sal en cada uno. 


Serví los patacones con pollo en tiras que cociné en sofrito, y con frijoles negros (¡receta en camino!), pico de gallo y guasacaca. 


¿Qué es la guasacaca? Tienes que seguir @en.mi.boca en Instagram para descubrirlo…!


Gracias por leer. ¡¿Hay algo más que pueda aplastar?!


(25 correcciones de mi profesora)


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Patacones with Chicken and "Guasacaca"

Hello! If you haven’t read my article about this project yet, I suggest you read it here so you understand what I’m doing!


Today we’re starting this blog for real. I’m going to tell you about a dish that I have chosen specifically for its main ingredient - plantain.


I want to be clear (but this part doesn’t translate well into English because we have distinct names for the two things!) I’m not talking about bananas. I can’t stand bananas. I’m talking about plantains that you cook. To be honest, talking about bananas/plantains is much easier in my country than I realised, because in the majority of British supermarkets there are only two options - bananas and plantains.


I remember a conversation I had with a taxi driver in Brazil, in which we discussed all of the types of bananas available in the supermarket there...there were loads! And here in Spain I have seen at least three types: bananas from the Canary Islands, which are very sweet; bananas, which are less sweet, less expensive and which Dave tells me are more like the ones we buy in England; and plantain or “frying bananas”, which are more like a carbohydrate than a fruit.


Anyway, today’s topic is this last type, which I had never bought or cooked, and rarely eaten. But it’s a staple in many countries where they speak Spanish, so I wanted to learn to make a dish that utilises it.


Long story short, I made patacones, also known as tacones or tachinos. I have made patacones twice; onces with my Venezuelan friend and once alone, and both times I found them very easy and tasty.


What are patacones?


Before we get to the recipe, I want to tell you a bit about patacones. A patacón is made from a piece of green/unripe, fried, flattened plantain. It is eaten in various countries in America and the Caribbean, like Colombia, Cuba, Ecuador, Haiti, Honduras, Nicaragua, Venezuela, Panama, Puerto Rico, the Dominican Republic and Costa Rica, and it can also be found in East Africa.


Green or unripe plantain doesn’t have much flavour and contains a lot of starch, so it is similar to potato or cassava/yuca when fried.


There are various ways to eat patacones. You can eat them:

  • alone with salt, like crisps/potato chips

  • to dip in something like guacamole, a spicy sauce or the mango salsa that I made last week

  • as an accompaniment to a main meal with rice, beans, meat, fish etc.

  • with ceviche (a combination what I have tried and thought was delicious)

  • with cheese

  • or with whatever topping you want, to eat like an open-faced sandwich


Preparing the patacones (makes 6)


One green/unripe plantain

Neutral flavoured oil

Salt

Something to flatten them (see below for suggestions)


There are few steps and ingredients when making patacones, so they are very easy but very satisfying to make, especially when it comes to the smashing!


First I put oil in a frying pan so it was about 1cm deep, on a medium-high heat. It was important to do this before anything else because after being cut, the plantain would have turned brown if I hadn’t cooked it immediately.


While the oil was heating, I cut the plantain into pieces about 4cm long. I peeled the pieces with the help of a knife. I used a piece of the skin to test the temperature of the oil - if there were bubbles when the skin touched the oil, I would know it was ready.


Carefully, I put the pieces of plantain in the oil and fried them for four or five minutes until they were golden all over. I put them on some kitchen paper and waited a few minutes for them to cool.


Then came the best part...the squashing! I have tried two methods and both worked:

  1. My friend has a tortilla press and with this we made very thin patacones, much bigger than with the other way. If you have a press it’s a good option because having bigger patacones is better if you want to eat them like an open-faced sandwich.

  2. In the absence of a press, I used a saucepan! To make them this way you need a saucepan with two handles, a piece of paper or plastic, and confidence. You can’t be shy with this method.


I put the piece of plantain upright on a smooth surface, with a piece of plastic on top of the plantain. I took the saucepan by the handles and from a considerable height, smashed the pan down with force, to squash the plantain. Then I had patacones.


The next time I have a bad day I know what I’ll make for dinner!


After squashing all of the pieces, I fried them again. I left the pan of oil on the heat during the last step so it would still be hot. It’s important not to fill the pan too much, so I fried the patacones two at a time for a minute on each side, until they were golden.


As I took each patacón out of the pan, I removed the oil from it with kitchen paper and sprinkled each one with salt.


I served the patacones with shredded chicken that I cooked in sofrito, and with black beans (recipe coming soon!), salsa and guasacaca.


What is guasacaca? You’ll have to follow @en.mi.boca on Instagram to find out…!


Thank you for reading. Is there anything else I can squash?!



Tacos de Pato con Mango

English below!


¡Hola! Si aún no has leído mi artículo sobre este proyecto, te sugiero que lo leas aquí, para entender lo que estoy haciendo.


¿Listo? ¡Aquí vamos! La primera receta…


Estoy un poquito nerviosa de empezar este proyecto en serio, así que voy a empezar con algo simple: una invención espontánea. De verdad, ese es mi estilo de cocinar habitual. Incluso cuando sigo recetas, raramente las sigo al pie de la letra. Es algo que voy a intentar hacer durante este reto, ¡pero no puedo prometerte que lo haré siempre!


Este plato no tiene una gran historia ni una razón específica para su creación. Lo cierto es que me sobró un muslo de pato confitado de Navidad y un mango que no estaba lo bastante maduro para comer solo...y algo me hizo pensar en tacos.


Preparar el pato (para dos personas)

300 g muslo de pato precocido

2 cucharadas de aceite oliva

1 cucharadita de comino molido

½ cucharadita de pimentón picante

¼ cucharadita de pimienta negra

¼ cucharadita de canela

Una pizca de sal


El pato que tenía ya estaba  cocido, o confitado para ser preciso. Meché la carne en tiras de varios tamaños, y las mezclé con un poquito de aceite oliva y unas especias: comino, pimentón picante, pimienta negra, canela y sal. La cantidad de las especias depende de la cantidad de carne que tengas tienes. Cuídate con la sal, porque si el pato está cocido o curado puede ser que ya lleve bastante sal. En este caso yo sugeriría dejar la sal hasta el final, cuando puedas probar la carne y poner solo lo que sea necesario. Después de mezclar todo en un bol, puse el pato en un sartén caliente y lo freí a un fuego medio-alto durante unos minutos, hasta que las tiras pequeñas estuvieron crujientes, pero las tiras más grandes todavía estaban jugosas. 


Preparar el mango (para dos personas)


½ mango medio-maduro (maduro sirve si vas a comerlo con nachos)

1 tomate

½ cebolla roja pequeña

1 lima

20 hojas de cilantro (más o menos)

Sal


En nuestra casa nos gusta mucho esta “mango salsa”, que es una mezcla entre una ensalada y un tipo de pico de gallo. La comemos con nachos, bistec, y ahora con tacos. Es muy simple y lleva pocos ingredientes pero es bastante adaptable al gusto de cada quien.


Vale, la preparación fue muy fácil. Primero corté la cebolla lo más fina posible y la puse en un bol (bastante grande para todos los ingredientes) con el zumo de la mitad de la lima. Esto hace que la cebolla tenga un sabor más suave y dulce.


Pelé el mango y lo corté en dados. Quité las semillas del tomate y lo corté como ael mango. Si quieres comer esto con nachos, sugeriría cortar el mango y el tomate aún más pequeños para que puedas sacar una buena mezcla de los ingredientes con cada nacho.


Finalmente corté el cilantro más o menos fino.


Si no vas a comerlo inmediatamente, déjalo todo separado hasta que estés listo. Si no, todo quedará blando y aguado. Cuando estuve lista para comer, puse el mango, tomate y cilantro en el bol con la cebolla y lo mezclé bien. Ahora añadí sal al gusto y un poquito más de zumo de lima.


Si quieres, puedes hacer este plato más picante con hojuelas de chile, chile fresco (picado), o chile molido. Pero mi pato ya estaba bastante picante así que esta vez no lo usé. 


El resto

No puedes hacer tacos sin tortillas, y las de maíz son lo mejor. Compré mis tortillas ende una tienda mexicana en el mercado de Ruzafa (Valencia), y las preparé según las instrucciones (en un sartén bien caliente, sin aceite).


Entonces junto con el pato y la ensalada de mango, tuvimos unas cosas más para montar nuestros tacos:


  • Aguacate machacado con zumo de lima y sal

  • Rábanos finamente cortados y encurtidos brevemente en vinagre de vino rojo y una pizca de sal (podrías usar vinagre de manzanas, vino blanco, sidra etc.)


Mis reflexiones

Si cocino este plato de nuevo y solo tengo pato crudo, lo asaré. Pero no sé cómo funcionaría con la pechuga, porque es otro tipo de carne. De verdad, no estoy tan acostumbrada a cocinar pato, aunque me parezca muy rico. Mi padre suele prepararlo para Navidad, y me encanta al estilo Pekín.

En esta ocasión el mango no estaba tan dulce como yo hubiera querido, así que la ensalada estaba un poquito ácida. Una buena idea hubiera sido usar algo de zumo de naranja además de la lima, pero no pensé en esto. Pato con naranja es una combinación clásica y estoy segura que hubiera sido una buena solución para el problema del mango verde.

Desafortunadamente las tortillas estaban un poquito duras. Tengo más en el congelador para probar de nuevo porque estoy segura que la culpa fue mía.

Si hago estos tacos de nuevo, consideraría otras opciones para los acompañamientos:

  • Lechuga iceberg o repollo rallado

  • Col morada o remolacha encurtida

  • Queso desmenuzado (algo suave y fresco)

  • Salsa picante


También, siempre estoy pensando en otras maneras de servir mis platos. Por ejemplo, Dave y yo normalmente evitamos comer cosas como pan, patatas, arroz, pasta etc. durante la semana. Así que cuando haga este plato de nuevo, podría usar hojas de lechuga en vez de las tortillas. O tal vez lo sirva simplemente como una ensalada.

¡Uf! Eso no fue fácil de escribir. Pero estoy segura que he aprendido mucho, y espero que tú lo hayas hecho también.

Recuerda que puedes seguir @en.mi.boca en Instagram para más fotos, novedades y para sugerir recetas y platos. También puedes comentar al final de este artículo.

Muchas gracias por leer. Tengo hambre. ¿Qué queda en la nevera?

(29 correcciones de mi profesora)

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Duck tacos with mango Hello! If you haven’t ready my article about this project yet, I suggest you read it here so you understand what I’m doing! Ready? Let’s go! The first recipe… I’m a bit nervous about starting this project for real, so I’m going to start with something simple: a spontaneous invention. To be honest, this is my usual style of cooking. Even when I follow recipes, I rarely follow them to the letter. It’s something I’m going to try to do during this challenge, but can’t promise I always will! This dish doesn’t have a grand history or a specific reason for its creation. The truth is that I had a confit duck leg leftover from Christmas and a mango that wasn’t ripe enough to eat on its own...and something made me think of tacos. Preparing the duck (for two people) 300g pre-cooked duck leg 2 tablespoons of olive oil 1 teaspoon of ground cumin ½ teaspoon of hot paprika ¼ teaspoon of ground black pepper ¼ teaspoon of cinnamon A pinch of salt

The duck that I had was already cooked, or confit (I actually don’t know the past tense for this in English!) to be precise. I shredded the meat into pieces of varying sizes, and I mixed them with the olive oil and some spices: cumin, hot paprika, black pepper, cinnamon and salt. The quantity of spices depends on the quantity of meat that you have. Be careful with the salt, because if the duck is already cooked or cured it might already have salt. In this case I suggest you leave the salt until the end, when you can try the meat and just use what you need. After mixing everything in a bowl, I put the duck in a hot frying pan and fried it on a medium-high heat for several minutes, until the small pieces were crispy but the big pieces were still juicy. Preparing the mango (for two people) ½ medium-ripe mango (ripe if you’re going to eat it with nachos) 1 tomato ½ small red onion 1 lime 20 coriander leaves (approx) Salt In our house we really like this “mango salsa”, which is a mix between a salad and a type of pico de gallo (what we call “salsa” in the UK). We eat it with nachos, steak and now tacos. It’s really simple and only has a few ingredients, but it’s quite adaptable to your own taste. Ok, the preparation was very easy. First I chopped the onion as finely as possible and put it in a bowl (big enough for all of the ingredients) with the juice of half the lime. This makes the flavour of the onion milder and sweeter. I peeled the mango and diced it. I removed the seeds from the tomato and cut it like the mango. If you want to eat this with nachos, I suggest cutting the mango and tomato even smaller, so you can scoop up a good mix of ingredients with each nacho. Finally I roughly chopped the coriander. If you’re not going to eat it immediately, leave everything separate until you’re ready. If not, everything with become soft and watery. When I was ready to eat, I put the mango, tomato and coriander in the bowl with the onion and mixed it well. Now I added the salt to taste and a bit more lime juice.  If you want, you can make this dish spicier with chilli flakes, fresh chilli (finely chopped), or chilli powder. But my duck was already spicy enough so I didn’t use any this time. The rest You can’t have tacos without tortillas, and corn ones are the best. I bought my tortillas in a Mexican shop in Ruzafa market (Valencia), and prepared them following the instructions (in a hot frying pan, without oil). Then together with the duck and mango salad, we had some other things to build our tacos:

  • Mashed avocados with lime juice and salt

  • Finely sliced radishes, pickled briefly in red wine vinegar (you could use apple, white wine, cider vinegar etc)

My reflections If I make this dish again and only have raw fuck, I’ll roast it. But I don’t know how it would work with the breast, because this is a different type of meat. In truth, I’m not that used to cooking duck, even though I think it’s delicious. My Dad usually cooks it for Christmas, and I love Peking style duck. On this occasion the mango wasn’t as sweet as I would have liked, so the salad was a bit sour. A good idea would have been to use some orange juice with the lime, but I didn’t think of this. Duck and orange is a classic combination and I’m sure it would have been a good solution to the underripe mango problem. Unfortunately the tortillas were a bit chewy. I have more in the freezer to try again because I’m sure it was my fault. If I make these tacos again, I would consider other options for the accompaniments:
  • Iceberg lettuce or shredded cabbage

  • Pickled red cabbage or beetroot

  • Crumbled cheese (something mild and fresh)

  • Hot sauce

Also, I’m always thinking of other ways to serve my dishes. For example, Dave and I usually avoid eating things like bread, potatoes, rice, pasta etc. during the week. So if I make this dish again, I could use lettuce leaves instead of tortillas. Or maybe simply serve it as a salad. Phew! That wasn’t easy to write. But I’m sure I have learned a lot, and I hope you have too. Remember, you can follow @en.mi.boca on Instagram for more photos, updates and to suggest recipes and dishes. You can also comment at the end of this post. Thank you for reading. I’m hungry. What’s in the fridge?